Durante el embarazo el ejercicio será fundamental si deseas una buena salud, pero no podrás hacerlo de cualquier forma. Por ello, si estás acostumbrada a rutinas en el gimnasio deberás si o si restringir aquellas de alto impacto y que te sometan a un gran desgaste.
En este escenario el Pilates, ejercicio que recalca el uso de la mente para controlar el cuerpo, pero buscando el equilibrio y la unidad entre ambos, se convierte en la mejor alternativa a practicar en estos nueve meses. La técnica utilizada en Pilates se centra en el desarrollo de los músculos internos para mantener el equilibrio corporal, y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral, por lo que es muy usado para prevenir y curar el dolor de espalda, desarrollando una musculatura armónica y una postura correcta desde la toma de conciencia corporal. Además, es un ejercicio muy seguro para la gestante, ya que se trata de una actividad física de bajo impacto.
Beneficios del Pilates en el embarazo
El Pilates posee una serie de beneficios para la mujer embarazada. Aquí algunos de ellos:
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Fortalece la musculatura del “suelo pelviano”, le otorga flexibilidad, coordinación y contribuye al adecuado encajamiento del bebé.
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Ayuda a controlar la respiración y proporciona una excelente elongación, elementos muy importantes al llegar el parto.
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En el post parto, el cuerpo de la mujer retoma su estado natural más rápido.
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Ayuda a prevenir las venas varicosas, hemorroides y los dolores lumbares.
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Contribuye a tonificar el cuerpo.
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Los efectos relajantes de los ejercicios producen tranquilidad, control del estrés y disminuye la ansiedad.
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Favorece la circulación sanguínea, lo que a su vez previene calambres en extremidades.
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Mejora la oxigenación de los tejidos y el sistema respiratorio.
¿En qué estado está mi suelo pelviano?
Como ya hemos visto, uno de los grandes beneficios del Pilates se enfoca en el suelo pelviano. Para definir si éste posee la estabilidad correcta de sus músculos, sigue la siguiente técnica:
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Pon tus rodillas y tus manos en el suelo y asegúrate de que tu espalda quede recta.
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Toma aire. Empieza a soltarlo mientras contraes tu ombligo hacia adentro y luego trata de mantener esa contracción por unos 10 segundos, aguantando la respiración y sin mover tu espalda.
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Para finalizar, relaja lentamente los músculos. Si logras repetir esta prueba 10 veces seguidas y sin generar mayor esfuerzo, significa que los músculos de tu suelo pelviano están trabajando correctamente. De lo contrario, te invitamos a que incorpores en tu día a día los ejercicios de Pilates y para conseguir una salud física adecuada para recibir a tu bebé.
Cualquier duda por favor consulta con tu médico.